Libro: A paso de cangrejo. Umberto Eco
Norberto Bobbio: La misión del docto revisitada
Eco
comienza este capitulo hablando acerca de los escritos hechos por Bobbio, en
los cuales se habla sobre los hombres de cultura. El autor señala que en el
tiempo en el que se escribieron esos artículos, en los años cicuenta, la figura
de este sujeto era la del intelectual.
Aquí
el autor señala que este calificativo es genérico, ya que puede contener de la
misma manera la figura de un maestro, escritor o poeta.
Bobbio
señala que los hombres de cultura deben ser primordialmente filósofos, y su
tarea deberá ser mas que resolver las dudas que actualmente existen en el
mundo, crear nuevas dudas o problemáticas a resolver por los seres humanos.
Fichte
es otro pensador con ideas totalmente opuestas a Bobbio. El concibe el termino
“docto”, y este puede ser el sabio o el científico.
Según
la filosofía idealista alemana la única figura de científico que es digna de
llamarse como tal es el filósofo-
En
1974 Fichte muestra a sus alumnos un concepto creado por el, según el cual el
filosofo podría ser el único individuo capaz de diseñar un modelo de Estado.
El
creía que iba a llegar un dia en el cual la razón seria reconocida como juez
suprema universalmente.
Para
el, el filósofo debía cumplir el de velar por el progreso real de la humanidad
y favorecerlo.
También
pensaba que el científico debe de promover el progreso de la ciencia, y la rama
de la ciencia en la que esta especializado, así como guiar a los hombres hacia
una conciencia de sus verdaderas necesidades y revelar la manera de
satisfacerlas.
En
pocas palabras, el docto de Fichte, definido por su misión seria el maestro de
la humanidad, el educador del genero humano, y el hombre mentalmente mas
perfecto de su tiempo.
Es
su deber dar a conocer lo que significa el bien y la justicia, las necesidades
actuales y el medio por el que se pueden satisfacer.
El
docto es un ser capaz de ver el presente, pero también el futuro.
Fichte
intentaba que los intelectuales crearan una clase fuera de las clases sociales
establecidas.
A
esto, Bobbio respondió diciendo que el intentar hacer eso significaba que la
sociedad estaba en un error, pues los intelectuales no debían ser tratados de
forma especial solo por dar el servicio que brindaban, que era gente común y
corriente.
Una
vez que las ideas del docto según Fichte fueron criticadas y refutadas, Bobbio
se comienza a preguntar cual es el papel real del intelectual.
Aquí,
el autor percibe una diferencia entre el trabajo intelectual y la función intelectual.
Un
trabajo intelectual se realiza cuando alguien trabaja mas con la mente que con
las manos.
La
función intelectual sería entonces, cuando alguien trabajando con la mente o
pensando con las manos, contribuye creativamente al saber común y al bien
colectivo.
En
este momento del articulo, Umberto Eco llega a otro punto de importancia,
hablando sobre la creatividad.
Normalmente
se le considera a la creatividad como una capacidad industrial y comercial de
resolver problemas, la cual se relaciona con la innovación.
Pero
se encuentra muy poca información sobre la creatividad artística.
Estas
definiciones le parecen insatisfactorias al , ya que aunque se
refieren a una idea nueva, en ellas no se les da importancia a que la novedad
sea transitoria, es decir que tenga `poca duración y mucho menos importancia,
que no sea trascendental.
Se
habla de una actividad creativa cuando se produce algo inédito, original, que
la comunidad puede reconocer, aceptar y reelaborar a la larga, y que por esta
razón se vuelve patrimonio colectivo y esta al alcance de todos.
La
creatividad no puede ser tal hasta que tenga actividad critica. Es decir que
para que una idea nueva pueda ser creativa, esta debe de estar analizada y ser evaluada
para ver si es real.
Bobbio
realiza una propuesta para diferenciar lo que es política de la cultura y política
cultural, diciendo que la primera es la política de los hombres de cultura en
defensa de las condiciones de existencia y desarrollo de la cultura.
La política
cultural entonces, seria la planificación de la cultura por parte de los políticos.
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