A PASO DE CANGREJO
Ilustración y Sentido Común
Humberto Eco:
págs.: 87-91
Resulta indispensable
para una ética intelectual ilustrada, estar dispuestos a someter a crítica no
solo cualquier creencia, sino incluso, aquellas que la ciencia presenta como
verdades absolutas. Menciona el autor que, la herencia fundamental de la
Ilustración reside en el punto en que exista un modo razonable de razonar y si
se tienen los pies sobre la tierra todos deberíamos de coincidir, a partir de que
se distingan algunas condiciones irrenunciables para poder decir que nos
inspiramos no en el criterio de una razón fuerte, sino a una racionalidad
humana. Un buen ilustrado es el que cree que las cosas “van de determinada manera”.
Este realismo
minimalista ha sido confirmado reciente por Searle, quien deduce que la
realidad va de determinada manera, pero, sin llegar a una afirmación de que se
pueda llegar a, o que algún día la conoceremos. El sentido común nos dice que
hay casos en que todos podemos estar de acuerdo en cómo van las cosas.
El ilustrado cree que
se puede elaborar una ética, heroica, compleja basándose en el principio de
negociación necesaria; este mismo reconoce cinco necesidades fundamentales del
hombre: la alimentación, el sueño, el afecto, el juego y el preguntarse Por qué, y es esta la que exige el
ejercicio del lenguaje.
El filósofo se
pregunta porque existe el ser y no la nada, pero no pregunta nada más lo que
hace el hombre corriente cuando se pregunta quien hizo el mundo y que fue
antes. Al intentar responder esta pregunta el hombre crea los dioses. Por
tanto, el ilustrado entre otras cosas, sabe que cuando el hombre nombra a los
dioses está haciendo algo que no se puede tomar a la ligera.
El ilustrado sabe que
la forma de un panteón es un fenómeno cultural, que se puede criticar, pero que
la pregunta que conduce a la creación de un panteón es un hecho natural, digno
de la máxima consideración y respeto.
La ilustración reside
totalmente en que hay un modo razonable de razonar y si se tiene los pies en el
suelo, todos deberíamos coincidir en lo que estamos diciendo, porque incluso en
filosofía hay que hacer caso al sentido común.
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