martes, 19 de mayo de 2015

Capitulo 5 “La teoría sistémica de la conducta de Hull”

Melissa Geovanna Figueroa Yánez. Expediente 211 202 174 La teoría de Hull es reconocidamente conductista y mecanicista y de modo intencional evita toda referencia a la conciencia. Su concepto central es el hábito, y se asume además que la conducta compleja es derivable de lo que se conoce acerca de las formas más elementales del aprendizaje. Hull acepta que la influencia de ciertas variables históricas y/o de privación sobre una gama d conductas podrían resumirse mediante una u otra variable interviniente. Su principal aportación es la transformación de la ley del efecto a un sistema teórico sistemático en el que el refuerzo es la reducción del impulso; formuló postulados, y en su fórmula paradigmática del reflejo tiene dos elementos E(estímulo) y R(respuesta). Hull consideraba que los organismos evolucionan de acuerdo con la capacidad de sus sistemas nerviosos para adaptar su comportamiento a las exigencias ambientales y consideraba al aprendizaje como un medio primordial para que los organismos se adaptaran. Se han señalado algunas diferencias entre sus postulados iniciales de los finales: iniciando con la concepción del reforzamiento primario, pasando por el reforzamiento de la fuerza del hábito, hasta la adición de factores no asociativos que afectan al potencial de reacción. Hull creía en la asociación de los estímulos con las respuestas y empleaba el termino Fuerza del habito, para designar la fuerza de una asociación dada. Además suponía que el limite al que crecería la fuerza del habito sería más alto, cuanto más favorables fueran el potencial y la oportunidad del reforzamiento para esa respuesta. El sistema de Hull se clasifica como Reduccionista, en el sentido de que los fenómenos más complejos se deducen con base en los fenómenos y relaciones presumiblemente más simples y básicas, en este sentido, los fenómenos más complejos se “reducen” a los más sencillos mediante el análisis.

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